miércoles, 3 de abril de 2019

CURIOSIDADES DE NUESTRO CEREBRO


Cada hemisferio del cerebro desempeña un papel distinto pero complementario en el aprendizaje, pero debemos saber que en la actividad musical, el tratamiento de la información melódica y la regulación de las emociones y la expresión artística reside esencialmente en el hemisferio derecho. El tratamiento secuencial y del ritmo, así como la ejecución musical   tiene su sede principal en el hemisferio izquierdo.


PERO...¿CAMBIA NUESTRO CEREBRO CON LA EDUCACIÓN MUSICAL? 🎵

Pues sí, esta pregunta ha podido responderse afirmativamente mediante la utilización en investigaciones recientes sobre Neurofisiología las modernas técnicas de la Magneto Encefalograma (MEG), la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) o la
Imagen de Resonancia Magnética Funcional (FMRI), con las que se pueden visualizar las partes del cerebro implicadas en las distintas tareas que realiza este órgano, y que han permitido llegar a las siguientes conclusiones:

-Frances Rauscher sugiere que la música estimula conexiones neuronales específicas situadas en el centro de razonamiento abstracto del cerebro, lo que hace a los individuos más inteligentes.
-Según el Dr. Schlaug, el cerebelo (zona del cerebro que contiene el 70 % de las neuronas) es un 50% más grande en los músicos que en otros grupos.
-Según un estudio de la Universidad de Hong Kong los adultos que han recibido enseñanza musical antes de los 12 años tienen mejor memoria oral porque tienen más desarrollado el lóbulo temporal izquierdo del cerebro.

POR OTRO LADO...👀

La música tiene un efecto conmovedor en nuestra psique. Sabemos que una determinada música puede calmarnos y otra puede tener el efecto contrario. Se ha utilizado en el pasado en la terapia de la epilepsia, en la enfermedad de Parkinson, para disminuir la presión arterial, en el tratamiento de niños afectados por el trastorno de hiperactividad con déficit de atención, en la depresión, en el tratamiento del estrés y en el insomnio. 

El musicólogo y filósofo Julius Portnoy ha encontrado que la música puede cambiar las tasas metabólicas, aumentar o disminuir la presión arterial, los niveles de energía y la digestión de manera positiva o negativa dependiendo del tipo de música. La música puede aumentar la secreción de endorfinas por el cerebro y de esta manera producir placer así como relajación. Incluso se han hecho experimentos con plantas que crecieron más rápidamente que lo normal escuchando música clásica suave. Hay autores que han dicho que de todas las artes, la música es la que es capaz de modificar la consciencia de manera más poderosa.

Pero es más: se ha comprobado que la escucha por estudiantes de la Universidad de Wisconsin durante 10 minutos de la sonata en re mayor para dos pianos KV 448 tuvo efectos positivos en las pruebas de razonamiento espacio-temporal, efecto que duraba unos 10 minutos. A este fenómeno se le llamó el Efecto Mozart y los resultados de este estudio fueron publicados en la revista Nature en 1993.



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